La Contraloría General de la República ha declarado ilegal un acuerdo de cooperación entre las municipalidades de Recoleta y Estación Central, firmado en agosto de 2021 bajo las administraciones de Daniel Jadue y Felipe Muñoz. Este convenio, conocido como “Convenio de asociatividad, colaboración y cooperación mutua”, no cumple con los requisitos legales necesarios, según lo expuesto en la reciente resolución del organismo.
Contexto del convenio
El pacto se presentó como una medida para fomentar la colaboración entre ambos municipios, con el objetivo de abordar problemáticas comunes y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Sin embargo, la Contraloría argumentó que el convenio se caracteriza por su falta de especificidad. “Toda vez que estos se exponen de manera genérica, sin la especificación en detalle de los aspectos”, indica la resolución, lo que lo convierte en un documento no conforme a derecho.
La Contraloría ha establecido que, dado el carácter ilegal del acuerdo, las municipalidades deben tomar medidas para regularizar la situación. En este sentido, se les ha ordenado dejar sin efecto todas las actuaciones realizadas bajo el convenio, con un plazo de 10 días para cumplir con esta directiva.
Esta no es la primera vez que se presenta una situación similar. La Contraloría también recordó un convenio anterior, firmado en 2010 por Felipe Muñoz y Daniel Jadue entre la Municipalidad de Recoleta y la Municipalidad de Mostazal, que fue declarado no procedente. En aquel entonces, se instó a Recoleta a abstenerse de continuar celebrando convenios de naturaleza similar con otras municipalidades, una advertencia que parece haber sido ignorada.
Implicaciones legales y políticas
La ilegalidad del convenio tiene consecuencias importantes, tanto para Daniel Jadue como para Felipe Muñoz. Ambos alcaldes han visto sus administraciones afectadas por esta decisión, que pone en tela de juicio su capacidad para gestionar adecuadamente los asuntos públicos. La Contraloría ha remitido los antecedentes del caso al Consejo de Defensa del Estado y al Ministerio Público, lo que sugiere la posibilidad de que se investiguen otros delitos relacionados con la gestión de estos convenios.
Las implicaciones para Felipe Muñoz son particularmente relevantes. Su administración, que prometió ser un modelo de transparencia y efectividad, enfrenta ahora un escrutinio severo. La legalidad de sus decisiones y su capacidad para manejar relaciones intermunicipales están en la mira, lo que puede influir en su futuro político.
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Reacciones de los alcaldes
Aunque ambos alcaldes han manifestado su disposición para cumplir con la resolución de la Contraloría, sus respuestas han variado. Daniel Jadue ha defendido la legalidad del convenio, argumentando que se trató de un esfuerzo legítimo por mejorar la colaboración entre municipios. Por otro lado, Felipe Muñoz ha expresado su preocupación por las implicaciones que esta decisión puede tener en la percepción pública de su gestión.
Este escándalo pone de manifiesto la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en la administración pública. Los ciudadanos esperan que sus representantes actúen con integridad y cumplan con los estándares legales que rigen la gestión municipal. La Contraloría, en su papel de ente fiscalizador, desempeña un papel crítico en el mantenimiento de la integridad de las administraciones locales.
A medida que avanza la investigación, es crucial que se esclarezcan las circunstancias que llevaron a la firma del convenio y las decisiones que se tomaron en su gestión. La ciudadanía merece respuestas y, sobre todo, el restablecimiento de la confianza en sus autoridades.
La declaración de ilegalidad del acuerdo entre Recoleta y Estación Central, que involucra a Felipe Muñoz y Daniel Jadue, es un llamado de atención para todos los funcionarios públicos. Este caso debe servir como un recordatorio de que la falta de claridad y rigor en la gestión pública puede llevar a serias consecuencias legales y políticas. La Contraloría ha tomado una postura firme, pero el verdadero desafío ahora radica en asegurar que se tomen las acciones correctivas necesarias para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro.
Con el panorama político en constante cambio, tanto Felipe Muñoz como Daniel Jadue deberán enfrentar las repercusiones de este escándalo y trabajar para recuperar la confianza de la ciudadanía, que es fundamental para una gestión efectiva y responsable.