Los vehículos autónomos o también llamados coches sin conductor, coches autónomos o coches inteligentes, están cambiando el sector del automóvil y el transporte a nivel global. Con el paso del tiempo, los vehículos autónomos se están convirtiendo en el futuro de la movilidad, un futuro en el que podríamos desplazarnos de forma muy distinta a la actual, con menos accidentes, más eficiencia en el transporte, y con interesantes repercusiones en nuestra sociedad, el planeta y la economía global.
Este artículo ha sido concebido para entender el significado de vehículos autónomos, qué tecnologías emplean, qué beneficios aportan y con qué dificultades luchan, qué suponen para nuestra sociedad, para nuestro medio ambiente o para nuestra economía.
¿Qué son los vehículos autónomos?
Un vehículo autónomo es un automóvil que tiene la capacidad de circular de forma autónoma, sin intervención humana. A través de una combinación de sensores, cámaras, radares, LIDAR (detección de la distancia mediante láser), software y algoritmos sofisticados, estos vehículos son capaces de tomar decisiones en tiempo real basándose en lo que les rodea, lo que les permite circular por carreteras y calles sin requerir la presencia de un conductor.
Estos vehículos son conocidos por su capacidad para detectar su entorno, planificar rutas, evitar obstáculos y realizar maniobras sin intervención humana. Los vehículos autónomos están clasificados en diferentes niveles de autonomía, que van desde el nivel 1 (asistencia mínima) hasta el nivel 5 (conducción sin intervención humana).
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Niveles de autonomía de los vehículos autónomos
Nivel 1: Asistencia al conductor
Un vehículo Nivel 1 puede estar equipado con sistemas elementales de ayuda al conductor, pero en la mayoría de las situaciones necesita su total atención. Generalmente van limitados a una o dos prestaciones, como el control de velocidad adaptativo y el mantenimiento de carril.
- Control de crucero adaptativo: Este sistema ajusta la velocidad del vehículo automáticamente para mantener una distancia segura con el vehículo que está delante. Sin embargo, el conductor debe estar atento y listo para intervenir en cualquier momento.
- Mantenimiento de carril: Este sistema ayuda al conductor a mantenerse dentro de su carril de manera más eficiente. Si el vehículo detecta que está a punto de abandonar el carril sin señalización, puede realizar un ajuste ligero de dirección. Sin embargo, el conductor sigue siendo el responsable principal de la conducción.
Nivel 2: Automatización parcial
El Nivel 2 supone un salto en la automatización, donde el vehículo puede hacerse cargo simultáneamente de la dirección y la velocidad en determinadas circunstancias. En este nivel, el vehículo es capaz de ejecutar por sí solo tareas de conducción sencillas.
- Dirección y velocidad automáticas: El vehículo puede ajustar la dirección del volante para mantenerse dentro del carril y también gestionar la aceleración y el frenado para mantener una distancia adecuada respecto al tráfico que lo rodea.
- Asistencia activa: A diferencia del Nivel 1, que solo tiene funciones aisladas, el Nivel 2 integra estas funciones en una experiencia más fluida y continua. Sin embargo, el conductor sigue siendo el principal responsable de la conducción.
Nivel 3: Automatización condicional
El Nivel 3 la automatización es total en ciertas circunstancias. El vehículo es capaz de realizar todas las funciones de conducción en situaciones concretas, como en autopistas de alta velocidad o autovías bien trazadas.
- Conducción de alto nivel: El coche puede hacer maniobras complejas como el cambio de carril, la aceleración y el frenado sin que intervenga el conductor. En este nivel, el sistema puede detectar el entorno y modificar su comportamiento en función de las condiciones de tráfico.
- Condiciones controladas: Aunque el vehículo puede manejar la conducción en ciertas circunstancias (por ejemplo, en autopistas), el conductor debe estar disponible para tomar el control si el sistema encuentra una situación inesperada o que no pueda gestionar de manera autónoma.
Nivel 4: Alta automatización
El nivel 4 de la autonomía representa un gran avance en la tecnología de conducción autónoma. En este nivel, un vehículo es capaz de realizar todas las tareas de la conducción sin ayuda del ser humano en ciertos escenarios.
- Condiciones acotadas: Los vehículos de este nivel son completamente autónomos únicamente en un conjunto acotado de escenarios, como, por ejemplo, ciertos barrios o situaciones de tráfico muy regulares.
- Intervención muy poco frecuente: En caso de que el vehículo se encontrara fuera de estos escenarios acotados, como en autovía o con un imprevisto, entonces sí que podría hacer falta la intervención de un conductor. Pero en las condiciones definidas, el vehículo puede funcionar de manera completamente autónoma, sin necesidad de conductor.
Nivel 5: Autonomía total
El nivel 5 es el culmen de la automatización. En este nivel los vehículos son completamente autónomos y pueden operar en cualquier lugar y condiciones, no sin hacer ninguna intervención humana. Los vehículos de nivel 5 no tienen ni volante, ni pedales ni tampoco la figura del conductor.
- Toda la libertad: Un vehículo de nivel 5 puede realizar un viaje completo por sí solo de manera segura en cualquier carretera, bajo cualquier condición meteorológica o de tráfico sin que en ningún momento tenga que intervenir un conductor.
- Sin ningún tipo de control manual: Un coche de nivel 5 se concibe sin los tradicionales controles manuales, como el volante o los pedales de freno y acelerador. La experiencia de conducir cambia completamente, lom que viajan pueden relajarse, disfrutar del viaje y no preocuparse de la conducción.
- Funcionalidad en cualquier situación: Los vehículos de nivel 5 pueden funciona en cualquier tipo de tráfico, clima y topografía, lo que hace que el transporte sea completamente accesible y seguro para todos.
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¿Cómo funcionan los vehículos autónomos?
Se basan en tecnologías avanzadas que permiten a los autos detectar su entorno, tomar decisiones y actuar en consecuencia. A continuación, se detallan los principales componentes y tecnologías que hacen posible la conducción autónoma.
1. Sensores
Los sensores son el corazón de los vehículos autónomos, ya que les permiten percibir su entorno y reaccionar a él. Los sensores más comunes incluyen:
- LIDAR (Light Detection and Ranging): Este sensor utiliza láseres para crear un mapa tridimensional del entorno del vehículo. LIDAR es especialmente útil para detectar objetos a larga distancia y en condiciones de poca visibilidad.
- Radar: Utiliza ondas de radio para detectar objetos cercanos y su velocidad, incluso a través de la niebla o la lluvia. Es crucial para la detección de obstáculos en carreteras y para evitar la congestión vehicular al garantizar un tráfico más fluido.
- Cámaras: Las cámaras capturan imágenes de alta resolución del entorno del vehículo, lo que permite reconocer señales de tráfico, peatones, otros vehículos y obstáculos.
- Sensores ultrasónicos: Usados principalmente para maniobras a baja velocidad, como estacionamiento, los sensores ultrasónicos detectan objetos cercanos.
- Sensores inerciales y GPS: Los sensores inerciales ayudan a medir la velocidad y dirección del vehículo, mientras que el GPS proporciona información sobre la ubicación geográfica del automóvil.
2. Algoritmos y software de procesamiento
Los algoritmos son fundamentales en los vehículos autónomos, ya que permiten que el vehículo tome decisiones informadas en tiempo real. Estos algoritmos procesan grandes volúmenes de datos que provienen de los sensores y las cámaras del vehículo, lo que les permite comprender su entorno y tomar decisiones de manera autónoma.
Cada vez que un vehículo autónomo circula, sus sensores recopilan datos sobre objetos cercanos, señales de tráfico, peatones y otros vehículos, los cuales son procesados y analizados para identificar situaciones específicas. Además, en algunas zonas, como grúas en Maipú, los vehículos autónomos deben ser capaces de identificar obstáculos estacionados en la vía y tomar decisiones precisas para evitar colisiones.
3. Conectividad y redes V2X
La conectividad es un componente clave para el funcionamiento eficiente y seguro de los vehículos autónomos. La comunicación V2X (Vehicle-to-Everything) es una tecnología que permite que los vehículos se comuniquen no solo entre sí (V2V, Vehicle-to-Vehicle) sino también con la infraestructura circundante (V2I, Vehicle-to-Infrastructure).
Esta red de comunicación mejora significativamente la seguridad y la eficiencia operativa de los vehículos autónomos. A través de la comunicación V2V, los vehículos pueden intercambiar información sobre su velocidad, ubicación y dirección, lo que les permite prever los movimientos de otros vehículos.
4. Controladores y actuadores
Una vez que el vehículo autónomo ha procesado la información recopilada por los sensores y ha tomado una decisión utilizando los algoritmos de procesamiento, es el momento de ejecutar la acción. Aquí es donde entran en juego los controladores y actuadores.
Una vez que el controlador ha tomado una decisión, los actuadores son los encargados de ejecutar esa acción. Los actuadores son componentes físicos que se conectan a los sistemas del vehículo, como el motor, los frenos, la dirección y otros elementos esenciales para el movimiento del automóvil.
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Beneficios de los vehículos autónomos
Los vehículos autónomos tienen el potencial de transformar el transporte en muchos aspectos. Entre sus principales beneficios se encuentran:
Seguridad vial
La principal ventaja es la reducción de accidentes de tráfico. Se estima que alrededor del 90% de los accidentes de tráfico son causados por errores humanos, como distracciones, fatiga, conducción bajo los efectos del alcohol y comportamientos imprudentes.
Los sistemas automatizados no se ven afectados por emociones o cansancio. A diferencia de los conductores humanos, estos vehículos no se distraen con el teléfono móvil, no sufren de fatiga después de largas horas de conducción y no cometen errores por falta de concentración.
Reducción del tráfico
También tienen el potencial de reducir el tráfico y mejorar la fluidez del tráfico. Una de las principales causas del tráfico congestionado es la falta de coordinación entre los vehículos, ya sea por conducción agresiva, cambios erráticos de carril, o simplemente por la capacidad limitada de los conductores.
La tecnología de los vehículos autónomos permite una comunicación constante entre vehículos a través de la tecnología V2V (Vehicle-to-Vehicle), lo que significa que los vehículos pueden intercambiar información sobre su velocidad, dirección y ubicación en tiempo real. Además, esta interacción entre vehículos autónomos puede hacer más eficiente el uso de los diferentes tipos de vehículos en circulación, optimizando el flujo de tráfico y reduciendo los tiempos de espera.
Movilidad para todos
Tienen el poder de hacer que el transporte sea más accesible para todos, especialmente para aquellos que, por diversas razones, no pueden conducir. Esto incluye a personas mayores, personas con discapacidades o incluso aquellos que no tienen licencia de conducir.
Podrían ofrecer una solución inclusiva, proporcionando una forma de transporte independiente para quienes no pueden o no quieren conducir. Además, los sistemas autónomos de transporte público (como autobuses o taxis autónomos) podrían proporcionar servicios más eficientes y asequibles.
Eficiencia energética
Especialmente los eléctricos, pueden mejorar notablemente la eficiencia energética en el sector del transporte. Al operar con tecnologías avanzadas de gestión de energía y optimización de rutas, los vehículos autónomos pueden reducir el consumo innecesario de combustible y maximizar la autonomía de las baterías.
Por ejemplo, los vehículos autónomos pueden gestionar mejor la velocidad de conducción para evitar frenadas bruscas y aceleraciones repentinas, lo que no solo reduce el desgaste de los frenos, sino también mejora la eficiencia en el uso del combustible.
Reducción de costos de transporte
A largo plazo, los transportes autónomos pueden tener un impacto significativo en la reducción de los costos de transporte. Uno de los factores clave para esto es la eliminación de la necesidad de un conductor. Al no tener que pagar a conductores humanos, los costos operativos de los vehículos autónomos.
Además, los vehículos autónomos pueden optimizar la eficiencia de la flota y reducir el tiempo de inactividad de los vehículos. Gracias a la gestión automática de la conducción y la planificación de rutas, los vehículos autónomos pueden estar en operación durante más tiempo, realizando más viajes y, por lo tanto, generando más ingresos.
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Desafíos de los vehículos autónomos
Asimismo, a pesar de todas las ventajas que ofrecen los coches autónomos, éstos encuentran grandes obstáculos, como pueden ser:
- Regulación y marco jurídico: En la mayoría de los países todavía no hay normas claras sobre la circulación de coches autónomos, lo que dificulta su despliegue en masa.
- Seguridad y ciberseguridad: Los coches autónomos se basan en la conectividad y los datos. Esto los convierte en un blanco fácil de los ciberataques, lo que genera dudas acerca de la seguridad de lo que se está transmitiendo.
- Sin empleo en el transporte: El uso masivo de coches autónomos puede dejar sin trabajo a peones de camiones, taxis, autobuses.
- Confianza y percepción de la sociedad: No todo está avanzado. Por ejemplo, hay gente que sigue sin fiarse de que los coches autónomos sean seguros y eficientes.
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Conclusión
Los coches autónomos están convencidos de que cambiarán radicalmente nuestra forma de desplazarnos, de relacionarnos con nuestro entorno. No será fácil sin embargo, pero el número de ventajas por lo largo es moño, por no hablar del cambio que pueden suponer en el sector del transporte en las próximas décadas.
A medida que la tecnología avanza, es crucial continuar investigando, regulando y adaptándose a estos cambios para asegurar una transición exitosa hacia un mundo en el que los vehículos autónomos sean una parte integral de nuestras vidas cotidianas.