Refrigerantes ecológicos: tipos y ventajas

En un mundo en el que la sostenibilidad y la reducción del impacto ambiental son prioritarias, los refrigerantes naturales son un tema clave dentro del aire acondicionado, la refrigeración industrial y los electrodomésticos de la casa. Son gases que hacen el mismo trabajo que los refrigerantes convencionales, pero que cuentan con la diferencia fundamental de que están diseñados para dañar mucho menos la capa de ozono y tener un menor potencial de calentamiento global.

Durante mucho tiempo, los gases refrigerantes ecológicos convencionales fueron imprescindibles para que funcionaran aparatos como el aire acondicionado, la nevera o cualquier otro equipo frigorífico. Sin embargo, muchos de ellos tenían un elevado Potencial de Calentamiento Global (GWP) y Potencial de Agotamiento de la Capa de Ozono (ODP), por lo que han sido una fuente importante de problemas ambientales. Como respuesta comenzaron a surgir gases refrigerantes más ecológicos que a día de hoy conocemos como gases refrigerantes naturales.

¿Qué son los refrigerantes ecológicos?

Un gas natural es aquel gas o líquido que se utiliza para el enfriamiento y climatización de espacios y que tiene un bajo o nulo efecto en el agotamiento de la capa de ozono y un menor efecto invernadero en comparación con los gases convencionales.

En la práctica, esto significa que son sustancias con:

  • Cero Potencial de Agotamiento del Ozono (ODP = 0).
  • Bajo Potencial de Calentamiento Global (GWP).
  • Alta eficiencia energética.
  • Mayor compatibilidad con tecnologías modernas de climatización y refrigeración.

El cambio a gas natural no es solo una moda; responde a normativas internacionales como el Protocolo de Montreal o el Acuerdo de Kigali, que establecen una reducción gradual de los hidrofluorocarbonos (HFC), que son agentes muy contaminantes responsables de la creciente contaminación por refrigeración.

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¿Qué son los refrigerantes ecológicos?

Evolución de los refrigerantes

La historia de los refrigerantes ecológicos es un reflejo de cómo la tecnología avanza a partir de los errores del pasado. Lo que comenzó como una solución innovadora para la refrigeración y el confort humano, terminó revelando consecuencias graves para el medio ambiente.

  • CFC (Clorofluorocarbonos): En las décadas de 1970 y 1980, los CFC se convirtieron en los gases más utilizados en refrigeradores, aires acondicionados y aerosoles. Su estabilidad química y bajo costo los hacían muy atractivos. Sin embargo, investigaciones científicas demostraron que, al liberarse a la atmósfera, estos compuestos destruían la capa de ozono.
  • HCFC (Hidroclorofluorocarbonos): Como alternativa de transición aparecieron los HCFC, entre ellos el R-22. Aunque menos dañinos que los CFC, todavía presentaban un impacto considerable tanto en la capa de ozono como en el calentamiento global.
  • HFC (Hidrofluorocarbonos): El siguiente paso fueron los HFC, como el popular R-134a. Estos gases no afectaban la capa de ozono, lo que parecía un gran avance en su momento. Sin embargo, con el tiempo se comprobó que su Potencial de Calentamiento Global (GWP) era muy elevado, contribuyendo de manera significativa al cambio climático.
  • Refrigerantes naturales y de nueva generación: Finalmente, la respuesta llegó con los refrigerantes naturales y las mezclas de bajo GWP. Gases como el dióxido de carbono (CO₂ – R-744), el amoníaco (R-717) y los hidrocarburos (R-290, R-600a) se posicionaron como alternativas viables, eficientes y mucho más sostenibles.

Tipos de refrigerantes ecológicos más utilizados

Dióxido de carbono (R-744 o CO₂)

El dióxido de carbono (CO2) es uno de los refrigerantes ecológicos más queridos y más usados en nuestra época. Con un Potencial de Calentamiento Global (GWP) de tan solo 1, se considera prácticamente neutro si se compara con otros gases que pueden tener un impacto muy superior. Esto lo convierte en una de las opciones más sostenibles para aplicaciones de climatización y refrigeración actuales.

Entre sus ventajas, se encuentra que no es inflamable, barato, seguro y, además, se encuentra disponible en grandes cantidades. Y al ser un compuesto natural, no provoca el efecto agujero en la capa de ozono. Por eso, cada vez se está utilizando más su uso en supermercados, transporte frigorífico, bombas de calor y máquinas expendedoras.

Amoníaco (R-717 o NH₃)

El amoníaco (R-717) es uno de los refrigerantes más antiguos en la historia de la refrigeración y, sin embargo, sigue siendo una de las opciones más eficientes que tenemos. Su excepcional eficiencia energética hace que sea un referente en la industria, ya que permite obtener un gran rendimiento con un consumo eléctrico relativamente bajo. Además, es barato y su GWP es cero, por lo que es un puntazo desde el punto de vista ambiental.

Se emplea principalmente en refrigeración industrial, plantas de procesamiento de alimentos, frío almacenado y otras aplicaciones de gran volumen donde la eficiencia y la sostenibilidad son clave.

Hidrocarburos (HC: R-290, R-600a, etc.)

Los hidrocarburos como el propano (R-290) y el isobutano (R-600a) se consideran refrigerantes sostenibles ya que tienen un alto rendimiento energético y un bajo PCA. Se están consolidando como una de las alternativas más prometedoras en aplicaciones residenciales y comerciales, no solo por su buen rendimiento, sino también por su compatibilidad con equipos de menor tamaño.

Hoy por hoy son protagonistas en refrigeradores y congeladores domésticos, así como en aires acondicionados pequeños, donde sustituyen a los HFC en mercados donde se quiere cumplir con los acuerdos internacionales. En hogares urbanos es común que los usuarios prefieran complementar esta tecnología con un aire acondicionado portátil, ya que combina eficiencia y practicidad sin necesidad de instalaciones complejas.

HFO (Hidrofluoroolefinas)

Las HFO son refrigerantes sintéticos de nueva generación diseñados para sustituir a los HFC. Algunos de ejemplos son el R-1234yf o el R-1234ze, que destacan por tener un GWP bajismo y por no tener ningún impacto sobre la capa de ozono.

Una de sus mayores ventajas es que son compatibles con sistemas actuales, lo que permite transicionar hacia otro más sostenible sin tener que hacer un rediseño total. Por ahora, los encontramos principalmente en la automoción (en los sistemas de aire acondicionado de los vehículos) y en algunos equipos de climatización de nueva generación.

Agua (R-718)

En cambio, si bien no es tan habitual, también se contempla el agua (R-718) como refrigerante natural en algunos casos. Su uso se limita a bombas de calor y a algunos procesos industriales muy concretos, pero para nada hay que perder de vista que, con la que está cayendo, tiene mucho camino por delante si de convertirse en un refrigerante verde se trata.

Sus ventajas son claras: el agua es un recurso ampliamente disponible, segura, económica y completamente inocua para el medio ambiente. No contribuye al calentamiento global ni afecta la capa de ozono, lo que la convierte en un ejemplo perfecto de refrigerante sostenible.

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Tipos de refrigerantes ecológicos más utilizados

Ventajas de los refrigerantes ecológicos

Reducción del impacto ambiental

La principal ventaja de los refrigerantes ecológicos es su bajo o nulo efecto negativo sobre el medio ambiente. Al tener Potencial de Agotamiento del Ozono (ODP) igual a cero y un Potencial de Calentamiento Global (GWP) significativamente menor, contribuyen de forma directa a frenar el cambio climático.

Cumplimiento normativo

El uso de refrigerantes ecológicos también asegura que las empresas y usuarios cumplan con las regulaciones internacionales vigentes. Tratados como el Protocolo de Montreal y el Acuerdo de Kigali exigen la reducción progresiva de gases contaminantes, y los refrigerantes ecológicos permiten adaptarse a estos cambios sin riesgo de sanciones.

Ahorro energético

Muchos refrigerantes ecológicos no solo reducen el impacto ambiental, sino que también ofrecen mejor eficiencia energética. Esto se traduce en equipos que consumen menos electricidad para lograr el mismo nivel de refrigeración o climatización. A nivel doméstico, supone un ahorro directo en la factura de luz, mientras que en empresas y grandes industrias significa un recorte considerable en los costos de operación.

Seguridad para el futuro

Al ser tecnologías alineadas con las metas de sostenibilidad global, los refrigerantes ecológicos ofrecen una transición segura y estable frente a la eliminación de compuestos dañinos como los HCFC y HFC. Esto garantiza que quienes invierten en equipos compatibles hoy, no tendrán que preocuparse por cambios bruscos o prohibiciones futuras.

Imagen corporativa positiva

En un mercado cada vez más consciente de la importancia del cuidado ambiental, las empresas que adoptan tecnologías basadas en refrigerantes ecológicos proyectan un compromiso real con la sostenibilidad. Esto se traduce en una mejor reputación de marca y confianza por parte de clientes. Incluso en sectores competitivos como la venta de aire acondicionado, la adopción de gases ecológicos ya marca la diferencia entre compañías tradicionales y aquellas que apuestan por la innovación sostenible.

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Ventajas de los refrigerantes ecológicos

Retos y desafíos de los refrigerantes ecológicos

  • Costos iniciales más altos: Uno de los principales retos de los refrigerantes ecológicos es que, en algunos casos, los equipos diseñados para utilizarlos implican una inversión inicial más elevada. Esto se debe a que requieren tecnologías más avanzadas, materiales específicos y diseños adaptados para operar de manera segura y eficiente.
  • Necesidad de infraestructura adaptada: Algunos refrigerantes ecológicos, como el CO₂ o el amoníaco, trabajan con presiones o propiedades físicas diferentes a las de los gases tradicionales. Esto obliga a contar con una infraestructura adaptada, desde tuberías reforzadas hasta compresores y válvulas diseñados específicamente.
  • Capacitación técnica: El uso de refrigerantes ecológicos también plantea el desafío de contar con personal técnico debidamente capacitado. Algunos, como los hidrocarburos, son inflamables, mientras que otros, como el amoníaco, requieren protocolos estrictos de seguridad.

Aplicaciones actuales y futuro de los refrigerantes ecológicos

Residencial

En el ámbito doméstico, los refrigerantes verdes ya están en frigoríficos, congeladores, aires acondicionados portátiles y sistemas tipo split. Su uso se ha ido extendiendo ya que permiten tener un alto rendimiento energético, son compatibles con las normativas medioambientales internacionales. A nivel de consumidor final, esto se traduce en aparatos más eficientes y con un menor impacto en el cambio climático, sin que el confort en casa se vea sacrificado.

Comercial

En el ámbito comercial, los refrigerantes ecológicos tienen aplicaciones en supermercados, vitrinas refrigeradas, máquinas expendedoras y transporte de alimentos. El CO₂ y los hidrocarburos son especialmente populares porque ofrecen un rendimiento confiable y respetuoso con el medio ambiente. En ciudades de alta densidad, como sucede con el aire acondicionado en Santiago, estas soluciones resultan fundamentales para reducir la carga energética y mantener espacios confortables sin aumentar la huella de carbono.

Industrial

En grandes cadenas como supermercados, los refrigerantes ecológicos son clave en instalaciones de frío comercial, cámaras frigoríficas, industria de la alimentación, química y farmacéutica. El amoníaco es sigue siendo uno de los refrigerantes elegidos principalmente su eficiencia y bajo coste, aunque con elevados estándares de seguridad como condicionante. La tendencia, sin embargo, es que cada vez más empresas se decanten por soluciones con un bajo GWP no solo para cumplir con la normativa, sino para garantizar unos procesos más limpios y sostenibles.

Automotriz

El sector automotriz es otro de los grandes beneficiados. Los HFO como el R-1234yf ya están reemplazando al R-134a en los sistemas de climatización de vehículos, por su bajo impacto ambiental. Este cambio se debe a unas regulaciones muy estrictas de la Unión Europea y de otros lugares, pero también a la presión de los consumidores que quieren coches más respetuosos con el medio ambiente. Se estima que a largo plazo los refrigerantes ecológicos serán los protagonistas de los sistemas de climatización de los coches eléctricos e híbridos, donde la eficiencia y el cuidado del planeta son más necesarios.

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Aplicaciones actuales y futuro de los refrigerantes ecológicos

Conclusión

Los refrigerantes verdes no son una opción, sino una necesidad urgente para compatibilizar el avance tecnológico con el respeto al medio ambiente. El uso de estos gases reduce las emisiones de contaminantes, mejora el rendimiento de los sistemas y permite cumplir con las normativas internacionales

Apostar por estas soluciones supone un cambio de cultura y de tecnología en el sector del frío, pero los beneficios superan ampliamente los inconvenientes. Desde la vivienda hasta la gran industria, los refrigerantes naturales están marcando el camino a un futuro más limpio, sostenible y eficiente.

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Juan Bermudez
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