La productividad en Chile se ha convertido en uno de los mayores retos para el desarrollo económico del país. A pesar de los esfuerzos por impulsar diversas áreas, Chile lleva más de 16 años experimentando un estancamiento que ha frenado su crecimiento económico de manera considerable. Según el último informe de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP), presentado en enero de 2025, las cifras de productividad en 2024 fluctuaron entre el -0,2 % y el 0,1 %, lo que coloca al país entre los de peor desempeño dentro de la OCDE. Este fenómeno no es algo reciente, sino que refleja un problema estructural que ha afectado directamente al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en las últimas dos décadas. En este blog, exploraremos las principales causas de la baja productividad en Chile y las posibles soluciones para superar este desafío que limita el verdadero potencial económico del país.
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La evolución de la productividad en Chile
Para entender la magnitud del problema, es esencial observar cómo ha evolucionado la productividad en el país a lo largo del tiempo. En la década de 1990, Chile experimentó un período de crecimiento sostenido impulsado por la productividad. Entre 1991 y 1995, el PIB creció a un ritmo promedio del 7,6 % anual, y de ese aumento, cerca del 40 %, es decir, aproximadamente 3 puntos porcentuales, fueron impulsados por mejoras en la productividad. En ese período, la explotación de recursos naturales, en especial el cobre, fue un motor clave para el desarrollo económico.
Sin embargo, a medida que los recursos naturales comenzaron a agotarse o a ofrecer retornos cada vez menores, Chile no logró diversificar adecuadamente su base productiva. Las industrias tradicionales como la minería, vitivinícola y pesquera maduraron, y el país no consiguió crear nuevas fuentes de crecimiento. Desde mediados de la década de 2000, la productividad ha mostrado una tendencia negativa, que se ha consolidado con el tiempo.
Los sectores productivos que han emergido en las últimas décadas, como el vitivinícola y el salmonero, han alcanzado una etapa de maduración sin haber sido suficientemente complementados por sectores más innovadores o de alto valor agregado. Este estancamiento en la productividad ha frenado el crecimiento del PIB y ha limitado las posibilidades de Chile para mantenerse competitivo en una economía global cada vez más digitalizada.
Causas del estancamiento en la productividad
El bajo rendimiento en términos de productividad en Chile es un problema multifactorial. Como menciona Rodrigo Krell, secretario ejecutivo de la CNEP, las deficiencias en la formación de competencias laborales de la fuerza de trabajo son una de las principales causas que explican este estancamiento. A pesar de los esfuerzos realizados por aumentar la cobertura educativa, la calidad de la educación no ha avanzado al mismo ritmo. Según el informe de la CNEP, un porcentaje elevado de la población laboral no cuenta con las habilidades mínimas necesarias para desempeñarse en los trabajos que demanda una economía moderna, digitalizada y globalizada.
Uno de los principales problemas radica en la falta de alineación entre la educación y las demandas del mercado laboral. El sistema educativo chileno ha logrado aumentar el acceso a la educación en los últimos años, pero no ha logrado mejorar sustancialmente la calidad de la misma. Esto ha resultado en una fuerza de trabajo poco capacitada para enfrentar los desafíos de sectores más avanzados tecnológicamente. Además, la capacitación en habilidades técnicas y digitales se ha quedado atrás en comparación con la evolución de la economía mundial.
Por otro lado, las políticas públicas implementadas en las últimas décadas han sido insuficientes para estimular una transformación en los sectores productivos. Las deficiencias en el aparato regulatorio, así como la falta de incentivos para la innovación, también han afectado negativamente la productividad. Chile ha dependido durante años de sus recursos naturales, lo que le ha permitido una cierta estabilidad, pero no ha logrado diversificar su economía para ser menos vulnerable a las fluctuaciones globales de los precios de las materias primas.
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Impacto del estancamiento productivo en la economía chilena
El estancamiento de la productividad tiene consecuencias directas sobre el desarrollo económico del país. En primer lugar, limita la capacidad de Chile para sostener un crecimiento económico robusto y sostenible a largo plazo. Sin un aumento en la productividad, no es posible generar un crecimiento económico sostenido sin recurrir a mayores niveles de deuda o acumulación de capital, lo que puede tener efectos adversos sobre la estabilidad económica.
Raphael Bergoeing, presidente de la CNEP, señala que la falta de aumento en la productividad restringe la capacidad de la economía para generar más valor a través del uso optimizado de los recursos existentes. Esto afecta directamente la competitividad del país en el mercado global. Además, Bergoeing advierte que si el país no mejora su eficiencia productiva, podría demorar hasta 30 años en duplicar su ingreso per cápita, un horizonte temporal que resulta alarmante para el futuro económico de Chile.
Estrategia para impulsar la productividad de las empresas
En este contexto, el impulso hacia la innovación y la transformación digital se presenta como una de las soluciones clave para mejorar la productividad en Chile. El marketing y las estrategias innovadoras pueden ser un factor determinante para revitalizar sectores estancados y fomentar la diversificación productiva. Las empresas deben ser capaces de adaptarse a las nuevas realidades del mercado, utilizando herramientas que permitan mejorar la visibilidad de sus productos y servicios de forma efectiva.
Una de las formas más efectivas de promover esta innovación es a través de las activaciones BTL. Las agencias BTL especializadas en marketing de experiencias juegan un papel fundamental en la creación de campañas que no solo buscan atraer la atención de los consumidores, sino que también les permiten interactuar con las marcas de una manera significativa. Estas estrategias pueden ser especialmente útiles para sectores como el vitivinícola, el agroindustrial o el turismo, que son claves para la economía chilena y pueden beneficiarse de un enfoque más innovador.
Las agencias BTL utilizan herramientas como la fabricación de stands y la creación de pop-up stores, que permiten a las marcas generar experiencias únicas e inmersivas para los consumidores. Estos espacios temporales pueden ofrecer productos exclusivos, interactuar con el público y generar un mayor engagement, algo que es fundamental en un mercado competitivo. Además, las activaciones BTL permiten a las marcas obtener información valiosa sobre las preferencias de los consumidores, lo que puede utilizarse para adaptar productos y servicios a las demandas del mercado.
En un mundo donde el consumidor está cada vez más informado y busca experiencias auténticas y personalizadas, las empresas deben adaptarse y evolucionar. Las agencias BTL pueden ayudar a las empresas a crear esas experiencias, aprovechando la creatividad y la innovación para mejorar la percepción de la marca y, a su vez, contribuir a la mejora de la productividad empresarial.
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El papel de las empresas en la transformación productiva
Las empresas en Chile juegan un papel esencial en la transformación productiva del país, ya que no solo dependen de las políticas públicas, sino también de su capacidad para innovar y adaptarse a los cambios tecnológicos. Para mejorar la productividad y enfrentar los desafíos económicos, es fundamental que las compañías inviertan en la capacitación de su fuerza laboral y adopten tecnologías que optimicen sus procesos.
Capacitación y habilidades digitales
Una de las acciones más importantes es la inversión en la capacitación de los empleados, especialmente en áreas tecnológicas y digitales. Las empresas deben ofrecer programas de formación que ayuden a su equipo a adaptarse a las nuevas demandas del mercado. Esto permitirá mejorar la competitividad interna y contribuirá al desarrollo de una fuerza laboral más preparada para los desafíos del futuro.
Adopción de nuevas tecnologías
La digitalización de procesos productivos es clave para mejorar la eficiencia operativa. Adoptar tecnologías como la automatización, la inteligencia artificial y el análisis de datos puede transformar los modelos de negocio, reduciendo costos y mejorando la calidad de los productos y servicios.
Mejora de la eficiencia
Revisar y optimizar los procesos internos es esencial. Las empresas deben identificar áreas donde se pueda mejorar la eficiencia operativa, utilizando nuevas tecnologías y metodologías ágiles que les permitan hacer más con menos, reducir desperdicios y mejorar la productividad.
Un futuro productivo para Chile
El estancamiento de la productividad en Chile es un desafío que ha lastrado el crecimiento económico del país durante más de 16 años. Las deficiencias en la educación y la falta de diversificación de la economía son factores clave que han limitado el avance en este frente. Para superar este obstáculo, Chile necesita impulsar la innovación y mejorar las competencias laborales de su fuerza de trabajo, adaptándose a las nuevas demandas del mercado global.
El futuro productivo de Chile dependerá de su capacidad para diversificar su economía, invertir en investigación y desarrollo, y fomentar la formación de habilidades digitales. Solo con estos cambios, el país podrá aumentar su competitividad, optimizar el uso de sus recursos y asegurar un crecimiento económico sostenido a largo plazo.