La importancia de una buena salud visual en el rendimiento escolar

Cuando nos detenemos a pensar en el rendimiento escolar de los estudiantes niños, niñas y adolescentes, creemos que solo hay que considerar elementos tales como la calidad de la docencia, los materiales educativos o las condiciones de apoyo familiar, entre otras. Pero existe un aspecto silencioso, muchas veces bajo nuestro radar, que determina significativamente la forma en que un estudiante se apropia del conocimiento, del desarrollo de una habilidad, de la manera en que puede conectar de un modo participativo con su entorno, una buena salud visual.

Cada día, miles de estudiantes chilenos asisten a clases con el problema de no poder leer lo que hay escrito en una pizarra, de no ser capaces de concentrarse cuando se les lee el texto que forma parte del contenido de su aula, de no poder entender textos amplios porque tienen problemas de visión. Estas situaciones, lejos de ser una cuestión de falta de interés, tienen su origen en una condición visual no diagnosticada. Este tipo de situaciones impactan en sus notas, en su propia autoestima y, en los casos más extremos, en su desarrollo socioemocional.

Este artículo, que pretende sistematizar argumentaciones para madres, padres, docentes y cuidadores, pone de presente y de un modo claro la importancia de una buena salud visual para el aprendizaje, y de cómo Chile debe fortalecer diversas acciones de prevención para que se garantice igualdad de condiciones en el aula.

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¿Qué es la buena salud visual y por qué buena salud visual influye en el rendimiento escolar?


La buena salud visual se refiere al estado óptimo en el que los ojos pueden ver, procesar información y adaptarse al entorno sin generar molestias, dolores, fatiga excesiva ni dificultades en actividades como la lectura, la escritura o el uso prolongado de pantallas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% del aprendizaje en la infancia se obtiene a través de la vista, lo que convierte a la visión en una de las principales herramientas educativas.

Para que un estudiante pueda rendir adecuadamente, necesita tener una visión clara, cómoda y sin alteraciones que limiten su capacidad para concentrarse y comprender. De acuerdo con datos del Ministerio de Salud de Chile (MINSAL), 1 de cada 5 estudiantes presenta algún tipo de problema visual no diagnosticado. En zonas rurales o de difícil acceso, la cifra aumenta por la falta de controles preventivos regulares, además :

  • Muchos niños no expresan problemas visuales porque no saben identificar que lo que ven no es “normal”.
  • El uso intensivo de pantallas, que aumentó tras la pandemia, ha incrementado la fatiga visual infantil.
  • Las dificultades visuales suelen detectarse tardíamente, cuando ya afectan las notas o la conducta.

Esto demuestra que una buena salud visual no es solo un tema médico, sino también un componente esencial del sistema educativo chileno.


Ejemplo
Imagina a una niña de 10 años que está comenzando a bajar sus notas. La profesora nota que se distrae y que evita leer en voz alta. La familia piensa que es falta de motivación. Sin embargo, al llevarla a un control visual descubrimos que tiene miopía leve. Una vez corregida, su rendimiento mejora. Lo que parecía un problema de conducta era en realidad una dificultad visual no diagnosticada.

¿Cómo una buena salud visual impacta directamente en el aprendizaje?

Tener buena salud visual no solo significa “ver bien”. La visión es un proceso complejo que involucra al cerebro, la percepción, la coordinación y la capacidad de interpretar estímulos. Por eso, cuando hablamos de aprendizaje escolar, la vista se convierte en una herramienta clave para que el estudiante pueda relacionarse con su entorno, comprender el contenido y desenvolverse dentro del aula.

La visión escolar combina dos elementos esenciales:

  • La parte física (agudeza visual): qué tan claro ve el estudiante.
  • La parte funcional (procesos visuales): cómo interpreta lo que ve, cómo mantiene el enfoque y cómo integra esa información con el cerebro.

Cuando existe buena salud visual, ambos aspectos trabajan en armonía. Cuando no es así, aparecen interferencias que afectan el rendimiento académico, la conducta y la autoestima. A continuación, se profundiza en cómo la vista influye directamente en los principales procesos cognitivos del aprendizaje.

Memoria:

La memoria visual es fundamental en el aprendizaje escolar. Los estudiantes recuerdan colores, formas, símbolos, gráficos, mapas y patrones. Si el estudiante tiene buena salud visual, puede:

  • reconocer letras y números con facilidad,
  • memorizar palabras nuevas,
  • identificar diagramas y fórmulas,
  • recordar el orden de pasos en una actividad.

Atención:

Muchos docentes reportan que sus estudiantes “se distraen”, pero pocas veces se considera que la causa puede ser visual. La atención depende en parte de la vista porque el estudiante debe:

  • mantener el enfoque estable,
  • cambiar la mirada entre la pizarra y el cuaderno,
  • seguir objetos en movimiento,
  • fijar la vista durante la lectura.

Un niño con buena salud visual puede realizar estos cambios sin esfuerzo, cuando existen problemas visuales, ocurre:

  • parpadeo excesivo,
  • fatiga visual,
  • dolor de cabeza,
  • pérdida del enfoque,
  • tendencia a mirar al piso o a “desconectarse”.

Comprensión lectora:

La lectura es la actividad escolar más vinculada a la vista. Requiere precisión, enfoque, saltos oculares y coordinación. Una buena salud visual permite que el estudiante:

  • siga líneas de texto sin perderse,
  • identifique palabras correctamente,
  • mantenga una distancia adecuada al leer,
  • pase de un renglón a otro sin confusión.

Los estudiantes con problemas visuales pueden experimentar:

  • confusión entre letras similares (b/d, p/q),
  • palabras que “saltan”,
  • cansancio al leer,
  • lectura extremadamente lenta.

Esto afecta la comprensión, las pruebas de lectura, la participación en clases y la seguridad del estudiante.

Coordinación ojo–mano:

La coordinación ojo–mano permite que el estudiante escriba, dibuje, recorte, arme maquetas y participe en actividades físicas. Un niño con buena salud visual puede calcular distancias, respetar márgenes, alinear letras y seguir objetos.

Cuando hay problemas visuales, pueden aparecer:

  • letra desordenada o inclinada,
  • dificultad para recortar con tijeras,
  • errores al copiar del pizarrón,
  • problemas para atrapar o lanzar objetos en deportes.

Percepción espacial:

La percepción espacial es la capacidad de comprender la ubicación de objetos en relación con uno mismo. Es esencial para:

  • resolver ejercicios de geometría,
  • interpretar mapas,
  • ubicarse dentro del aula,
  • desplazarse sin chocar,
  • seguir instrucciones visuales.

Un estudiante sin buena salud visual puede tener dificultades para procesar distancias, alturas y posiciones.

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niña alzando la mano en una aula


Principales efectos en el rendimiento académico

Una visión deficiente puede influir en la comprensión lectora, la concentración en el aula y la motricidad fina, afectando de manera significativa el rendimiento académico de los estudiantes. A continuación, se desarrollan los principales efectos de la salud visual en estas habilidades clave:


Buena salud visual y comprensión lectora

La comprensión lectora es la capacidad de interpretar y procesar textos de forma eficiente. Para que un estudiante pueda leer fluidamente, necesita una visión clara, un enfoque preciso y una coordinación motora ocular adecuada.
Si no existe buena salud visual, la lectura se vuelve lenta, cansadora y frustrante.

  • Ejemplo: Un niño con astigmatismo puede ver las palabras distorsionadas o duplicadas. Esto afecta su lectura en voz alta, lo que influye en su seguridad y participación en clase.

Buena salud visual y concentración en el aula

La concentración requiere estabilidad visual. Cuando los ojos deben esforzarse demasiado, el cerebro se cansa más rápido, lo que disminuye la capacidad de atención.
Ejemplo:
Un adolescente con visión borrosa de lejos puede desconcentrarse constantemente al intentar adivinar lo que está escrito en la pizarra. A menudo es malinterpretado como falta de interés, cuando en realidad está lidiando con un esfuerzo visual excesivo.

Buena salud visual y motricidad fina

La motricidad fina implica tareas como escribir, dibujar o resolver ejercicios geométricos. La vista dirige estos movimientos.
Ejemplo:
Si un estudiante tiene un problema de percepción de profundidad, su caligrafía puede verse desordenada o no respetar los márgenes de cuadernos.

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Joven frustrado sobre la tarea, escribiendo en casa

Factores que afectan una buena salud visual en estudiantes

Conocer estos factores permite tomar medidas oportunas para proteger la vista y mejorar la experiencia de aprendizaje. A continuación, exploraremos cada uno de estos elementos con ejemplos prácticos que muestran cómo influyen en la vida cotidiana de los estudiantes.


Uso excesivo de pantallas

El uso de pantallas provoca fatiga visual digital, caracterizada por visión borrosa temporal, ojos secos y dolor ocular.
Según la Asociación de Optometristas de EE. UU., los niños deben descansar la vista cada 20 minutos durante 20 segundos mirando a lo lejos.

  • Ejemplo: Durante clases virtuales, miles de estudiantes chilenos pasaban más de 6 horas diarias frente al computador. Hoy, muchos siguen usando pantallas para tareas y ocio, acumulando horas sin descanso visual.

Falta de controles preventivos

La salud visual requiere revisiones periódicas. Detectar alteraciones tempranas evita que afecten el rendimiento escolar.
Aquí, por ejemplo, es clave realizar un examen ocular completo al menos una vez al año en etapa escolar para descartar anomalías.

  • Ejemplo: Varios municipios en Chile han implementado programas escolares de control visual anual, detectando problemas antes de que afecten las notas.

Problemas refractivos no diagnosticados

Incluyen miopía, hipermetropía y astigmatismo. Son las alteraciones visuales más comunes en el país.

  • Ejemplo: Un estudiante con miopía leve puede evitar sentarse atrás por temor a no ver la pizarra.

Enfermedades oculares

Algunas patologías requieren tratamiento especializado. En casos más avanzados pueden necesitarse procedimientos como cirugía oftalmológica para corregir condiciones que comprometen la visión.

  • Ejemplo: Algunos niños con estrabismo severo requieren intervención para mejorar el alineamiento ocular.

Condiciones de iluminación y ergonomía

El entorno físico influye directamente en el cansancio visual.

  • Ejemplo: Una mala iluminación en la sala puede obligar a los estudiantes a forzar la vista al leer.

¿Cómo fomentar una buena salud visual en el entorno escolar?

Esto no solo implica la revisión periódica de la visión, sino también crear hábitos saludables y adaptar los espacios de aprendizaje para proteger los ojos. A continuación, se presentan algunas estrategias clave que contribuyen a cuidar la visión de los alumnos, involucrando tanto a las instituciones educativas como a las familias.


Programas de evaluación escolar

Los programas preventivos permiten controlar de forma masiva la salud visual en colegios, detectando problemas a tiempo.
En muchos casos, estas evaluaciones incluyen mediciones complementarias y, si se requiere, derivaciones para realizar pruebas de laboratorio que apoyan el diagnóstico médico.

  • Ejemplo: En varias regiones, los Servicios de Salud realizan visitas anuales a escuelas para evaluar agudeza visual.

Educación para el autocuidado visual

Implica enseñar a niños y docentes hábitos que protejan la visión.

  • Ejemplo: Establecer pausas visuales en clases de computación, enseñar parpadeo consciente o promover distancia correcta de lectura.

Adaptación de espacios educativos

Un ambiente adecuado facilita la lectura y reduce la tensión ocular

  • Ejemplo: Ajustar iluminación, usar pizarras sin brillo excesivo o imprimir materiales con tipografías más legibles.

Trabajo conjunto entre familia y escuela

Ambos entornos son responsables de observar señales tempranas.

  • Ejemplo: Si un estudiante entrecierra los ojos constantemente o se acerca demasiado a la pantalla, es importante comentarlo para coordinar una evaluación.

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Un niño con gafas sentado en el estudio y con ambos brazos abiertos

Conoce las señales de alerta que indican la ausencia de buena salud visual

Estas señales no siempre son obvias, pero prestarles atención puede ayudar a detectar a tiempo la ausencia de buena salud visual. A continuación, exploraremos los principales indicios que pueden manifestarse en el plano físico, conductual y en la realización de tareas específicas.


Síntomas físicos

Son molestias que el estudiante siente, aunque no las identifique como un problema visual.

  • Ejemplo: Dolor de cabeza frecuente al finalizar la jornada escolar.

Cambios conductuales


Alteraciones en el comportamiento o en el ánimo pueden revelar problemas visuales.

  • Ejemplo: Un niño evita leer en voz alta porque las palabras se “mueven” o se “juntan”.

Dificultad en tareas específicas


Actividades que requieren precisión visual se vuelven complejas.

  • Ejemplo: Un estudiante con mala percepción de profundidad puede tener problemas en deportes como el fútbol o el básquetbol.

Beneficios de mantener una buena salud visual en estudiantes chilenos

Desde mejorar su rendimiento académico hasta fortalecer su autoestima y prevenir problemas de visión a largo plazo, una correcta salud ocular se refleja en su día a día dentro y fuera del aula. A continuación, exploramos algunos de los beneficios más importantes que esta práctica aporta a los estudiantes chilenos.


Mejora del rendimiento académico

Una visión adecuada permite acceder a la información de manera fluida.

  • Ejemplo: Mejor comprensión lectora, mayor participación y menos frustración escolar.

Bienestar emocional

Sentirse capaz dentro del aula mejora la autoestima.

  • Ejemplo: Un estudiante que antes evitaba leer en voz alta ahora se siente seguro.

Prevención de problemas futuros

La detección temprana evita enfermedades crónicas y reduce el riesgo de tratamientos más complejos en el futuro.

  • Ejemplo: La corrección temprana de la miopía progresiva puede evitar complicaciones en la vida adulta.

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Niña juguetona en camiseta blanca sentada en la mesa frente

La buena salud visual como base para el aprendizaje

Proteger la visión de los niños, niñas y adolescentes es mucho más que hacer una acción médica, significa invertir en su presente y en su futuro. Tener una buena visión no sólo significa aprender mejor, también significa disfrutar de una vida en relación, jugar, entender el mundo y desarrollar la confianza que hace falta para enfrentar los obstáculos que presenta la escuela. Por eso, garantizar una buena salud visual no es otra cosa que garantizar oportunidades. Por eso es que tenemos que seguir potenciando la prevención, la educación y el acompañamiento visual para que cada estudiante chileno pueda llegar a su máximo potencial sin las barreras invisibles que van apagando y obstaculizando el camino que se puede construir.

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Liseth Gamarra
¡Hola a todos! Soy Lissy y me encanta hablar de temas que realmente importan y, siendo sincera, disfruto un montón compartiendo lo que descubro con ustedes. Mi meta con cada post es que te lleves algo útil y, ojalá, un poco de inspiración.

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